El hombre no es el enemigo de la mujer, el hombre es su compañero, y el enemigo es la mala educación que algunos hombres reciben


Pareciera que esa frase de “todos los hombres son iguales” en algún momento de nuestras vidas fuera como una verdad absoluta, hay veces que la suerte se aparta de nuestro camino y nos toca sufrir al lado de personas que no saben valorar el cariño sincero que les estamos dando, hay algunos incluso peores que se aprovechan de nuestros buenos sentimientos y de nuestro deseo de hacer que a pesar de todo las cosas funcionen, y terminamos después de varios tropiezos con algunos moretones en el corazón y pensando que quizás lo mejor sería permanecer a solas de forma definitiva, creemos que podemos cerrar nuestro corazón y ya no volver a enamorarnos nunca más, pero la naturaleza es sabia y el tiempo el mejor curandero, y llega el día en que nos volvemos a atrever a amar, y después de varios errores terminamos conociendo a esa persona que tanto estábamos esperando encontrar.

No creo que nadie sea malo por naturaleza, todo lo contrario, creo que las personas se van haciendo malas conforme pasa el tiempo, porque no hay un bebé que haya visto y me haya hecho pensar “este bebe se convertirá en un tipo que solo hará sufrir a las mujeres que conozca”, o “este bebe seguramente será un mentiroso vil capaz de decir lo que sea por acostarse con la primera que vea”, los bebes todos son buenos de nacimiento, son empáticos y tiernos, es la educación y la cultura a la que les exponemos la cual los termina convirtiendo en esos monstruos sin corazón que parecen disfrutar con el sufrimiento ajeno, en esos hombres y mujeres egoístas que solo buscan su propio provecho y que no les importa pisotear a quien sea que este en su paso con tal de cumplir sus caprichos, y saciar la sed de sus deseos.

Pero al mismo tiempo me pongo a pensar y me digo a mi misma “las madres somos las que educamos a nuestros hijos el mayor tiempo”, ¿no será acaso que somos nosotras las que terminamos creando a esas horribles personas que terminan haciendo tanto daño al prójimo?, ¿Qué tan culpables somos las madres de que nuestros hijos terminen en malos pasos?, ¿Qué tanto podemos hacer para crear un futuro donde sean mucho menos las malas personas que nos encontramos?, quizás sería bueno preguntarnos que podríamos estar haciendo mal con la educación de nuestros hijos, que tanto hacemos por inculcarles el respeto a los demás, y sobre todo que tantos buenos ejemplos pueden seguir de nosotras que les sirvan como brújula para saber cómo se debe de tratar a los demás.

Algunas personas creen que yo tengo un problema con los hombres y no es verdad, yo tengo un problema con hombres y mujeres por igual cuando se comportan como unos egoístas que solo buscan conseguir lo que quieren sin importarles lo que tengan que hacerlo para lograrlo, esas personas que no son capaces de sentir el dolor ajeno y que pisotean a quien tienen enfrente sin dudarlo solo por avanzar en su camino a sus deseos egoístas, no todos los hombres son malos, ni todas las mujeres son buenas, incluso he conocido una que otra mujer que superan por mucho la maldad del peor de los hombres que me he topado, la maldad no reside en el género o sexualidad de nadie, si no en la educación que tuvieron y en como la vida les terminó formando.







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