Los sentimientos pueden ser máscaras que afectan nuestra vida

Al costado de una pequeña aldea había un extenso lago, y en ese lago se decía que vivían 2 personas que nunca eran vistas juntas: Furia y Tristeza.

Algunos veían a Tristeza llorar horas de horas, lamentarse y recostarse en el suave césped a orillas del lago. Otros se encontraban, desafortunadamente, con Furia que era una fiera. Siempre gritando, siempre maldiciendo, siempre golpeando lo que encontrara en el camino: animales, rocas, arboles. La gente prefería al llorón de Tristeza que al mastodonte de Furia.

Había algo más que los destacaba y eso era las mascarás que llevaban puestas. Tristeza que era de color azul, tenía una roja, y Furia, de color rojo, tenía una azul. Las personas creían que a escondidas habían intercambiado sus máscaras, pero nadie podía estar seguro ya que Tristeza era muy elusiva y Furia daba miedo por lo violento que era.

Pero un día, llegó la oportunidad que habían estado esperando. Un aldeano encontró durmiendo a Furia cerca del lago y con mucho sigilo se le acercó. Con la punta de los dedos, agarró parte de la máscara azul y se la quitó a Furia. Este, sin embargo, despertó del susto para mala suerte del aldeano mas algo realmente extraño ocurrió. Furia pasó de ser rojo a ser azul y lágrimas cayeron de sus ojos.

El aldeano vio que en su frente estaba escrita una palabra: tristeza. Esta cambiaba de ‘tristeza’ a ‘furia’ una y otra vez así como el color. El ser, enfurecido y lloroso, vio al aldeano y exigió explicaciones.

“Solamente quería saber si Furia y Tristeza se habían intercambiado sus máscaras entre ellos” respondió el hombre, asustado.

“Soy Tristeza, pero también Furia. La tristeza lleva a la rabia y la rabia oculta a la pena”

“¿Cómo?” preguntó el aldeano ahora más curioso.

“Experimentamos dolor de todo tipo, pero el que causa verdadera rabia es aquel que radica de las manos de otros. Esa tristeza te endurece, crecen espinas en tu corazón y haces que otros sientan qué tan afiladas son esas espinas. Esa armadura protege la tristeza que sientes, porque nadie es más vulnerable que cuando está desolado”

Los sentimientos pueden ser máscaras para disfrazar lo que otros están sintiendo. Una dulce sonrisa puede tener grietas por las que escapa la apatía o el dolor. Una mirada fría puede tener ojos que expresan más amor que ningún otro gesto. Un acto generoso puede ocultar motivos egoístas.


 

CaregiverProducts.com

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto