Dichosa palabra tiempo que le daba razón a la sin razón. Pues le costó tanto superar lo insuperable, que hasta ella misma se sorprendió.
Todos dudaban de ella de su esfuerzo y su valor, de sus noches en vela, taciturna, de sus principios y desazón.
Sus sueños llevaba por bandera allá donde iba sin explicación. Dolor que con dolor no pagaba, lo que le hacía la gente a su alrededor.
Noches de lágrimas mirando una a una las manecillas del reloj, sin apoyo ni esperanza de aquellos que pensaba cercanos, pero que le daban la espalda con total incomprensión.
Abrió los ojos un día y al espejo se miró. Era ella la que había logrado lo que ninguno de ellos se atrevió. Fuerte pisaba el suelo sin dedicar tiempo a los que vacío dejaron a su alrededor, prometiendo luchar por sí misma y no por quien no la quería, siendo libre, dando rienda suelta a su yo interior.
Le dijeron que no podría, que tenía que dar la vuelta y dejar lo que soñó, pero ella sin más hizo oídos sordos y no se detuvo ni descansó. Sólo cogió aire, muy muy fuerte y pensó que lo haría sólo por ella porque era más valiente de lo que jamás imaginó.
Todos dudaban de ella de su esfuerzo y su valor, de sus noches en vela, taciturna, de sus principios y desazón.
Sus sueños llevaba por bandera allá donde iba sin explicación. Dolor que con dolor no pagaba, lo que le hacía la gente a su alrededor.
Noches de lágrimas mirando una a una las manecillas del reloj, sin apoyo ni esperanza de aquellos que pensaba cercanos, pero que le daban la espalda con total incomprensión.
Abrió los ojos un día y al espejo se miró. Era ella la que había logrado lo que ninguno de ellos se atrevió. Fuerte pisaba el suelo sin dedicar tiempo a los que vacío dejaron a su alrededor, prometiendo luchar por sí misma y no por quien no la quería, siendo libre, dando rienda suelta a su yo interior.
Le dijeron que no podría, que tenía que dar la vuelta y dejar lo que soñó, pero ella sin más hizo oídos sordos y no se detuvo ni descansó. Sólo cogió aire, muy muy fuerte y pensó que lo haría sólo por ella porque era más valiente de lo que jamás imaginó.